miércoles, 23 de marzo de 2011

Los minúsculos

Es muy difícil entender y explicar la relación entre adultos y niños en Malí, sobre todo teniendo en cuenta mi visión parcial e incompleta que tengo como espectadora en coche.
 
Si aceptáis este ojo de buey, os puedo contar que los niños siempre van solos en todas partes, tanto para ir a la escuela con las mochilas como jugando por las calles persiguiendo una vaca o un lagarto. Es raro ver un adulto distrayéndolos o una madre besándolos. Son los hermanos mayores los que de vez en cuando ponen orden con un grito o una mirada.

En cambio, cuando aún no andan, cuando son simples buñuelos minúsculos, están todo el día pegados a la espalda de la madre, la hermana o la abuela. ¡Se les ve tan felices! Y lo deben ser, porque son los niños más callados y tranquilos que he visto jamás.

Mirándolos es imposible resistir la tentación de buscar también un trozo de brazo o asiento para apoyar la cabeza e intentar dormir.

domingo, 20 de marzo de 2011

Desde aquí

Estos días leer las noticias es un acto reflejo que pocos podemos evitar. El mundo se revuelve y no hay que quitarle el ojo de encima, ¿verdad? Internet nos acerca a realidades alarmantes y nos hace llorar por alguien que no conoceremos nunca y nos hace gritar contra alguien que nunca nos ha oprimido. Los ojos y las orejas se multiplican, y de rebote las voces con las respuestas. Algunos dirían que si seguimos así en pocos años los secretos y las intrigas serán cosa del pasado. La revolución del pueblo, el poder de la información libre y accesible, lo han llamado en discusiones de sobremesa.

Pero la verdad es que por más datos que haya a nuestro alrededor, no podemos olvidarnos de que somos humanos, con sólo dos ojos, dos orejas y una vida que nos llama cada día a comer, dormir, reír y disfrutar del sol. Así que en definitiva acabamos cada día abriendo la misma ventana y leyendo las mismas voces.

Mi situación actual (alejada de comidas familiares, shawarmas en el Verdi, la televisión y los libros entre otras distracciones añoradas) me ofrece más tiempo para dedicarme a buscar información. El estar en el mismo continente donde redoblan todos los tambores me da los motivos. Sin ánimo de reportera, me gustaría ofreceros una muestra de todo lo que no se dice en TV3, el Ara o El país (algunas de mis ventanas mañaneras).

Una vez oí que cuando Libia tose, Mali estornuda, y hoy que hace dos meses que estoy aquí no me parece nada exagerado.

La primera pista está a pie de calle y se hace visible desde la primera semana de estar en Bamako. Todos los supermercados y negocios no artesanales de la ciudad, que van desde los pequeños colmados a los hoteles de lujo, son gestionados por libios. La mayoría de los establecimientos tienen como nombre L’Amitié, que es el mismo nombre que se utiliza en el parlamento de Malí para denominar a la comisión de diputados encargados de las relaciones bilaterales de ambos países: Grupo de amistad Mali - Libia.

Esta relevancia institucional del país norteafricano se refuerza cuando se pasa en coche por delante la ciudad ministerial, un complejo de edificios que serán en breve la sede de todos los ministerios del país, y que tiene el flamante nombre de La Ciudad Administrativa Muammar el-Qaddafi como reconocimiento al benefactor que le ha pagado.

El mecenazgo del coronel no tiene límites dentro del imaginario malí. El otro día me decían que antes de Gaddafi la televisión era en blanco y negro, y es que de hecho, en 1983 Libia puso el dinero para crear la televisión nacional de Malí.

Estos actos, junto con los discursos medidos por fortalecer el sentimiento africano alegando las relaciones fraternales, hacen que sea normal encontrar pancartas por las calles animando a Gaddafi el Africano, y evitan las discusiones de sobremesa que podrían ayudar a encontrar la otra cara de la moneda.

El precio de todo ello es bien fácil de entender y nada innovador, es lo que han hecho todos los dirigentes de países en épocas de bonanza: ofrecer dinero rápido a cambio de favores a largo plazo. Así, por ejemplo, surge la empresa Malibya, un proyecto de desarrollo agrícola para explotar la cuenca del río Níger para el cultivo de arroz. El gobierno de Malí ha cedido 100.000 hectáreas a la empresa libia para cultivar un cereal seleccionado por los chinos, de crecimiento rápido y que no sufre con los cambios estacionales. Durante 30 años, durante la época seca, la empresa tendrá prioridad en los recursos escasos de agua del país para poder mantener el riego de los cultivos. Además, y teniendo en cuenta que el proyecto dará trabajo a muchos malienses y por tanto está haciendo una obra social de desarrollo y favoreciendo la seguridad alimentaria del país, la empresa está exenta de pagar impuestos.

A nivel de la población malí y libia, los beneficios de los convenios son un poco menos claros y llevan normalmente a situaciones conflictivas que pasan de puntillas por los despachos presidenciales, como el desahucio de las familias que vivían donde ahora está la explotación agrícola; la migración preferente de mano de obra barata malí a Libia que conlleva enfrentamientos con la población local y que ahora se traduce en la persecución de cualquier subsahariano como posible mercenario del coronel, o el encarcelamiento y expulsión de los malienses por falta de papeles o por excedente de mano de obra en el país amigo.

Esta relación entre los dos países es sólo un ejemplo de la complejidad del conflicto que ha estallado esta semana y quizás da una idea más clara de los motivos de cada país y organismo internacional para posicionarse o callar ante la revuelta, la represión y la movilización internacional.

Yo, de momento, sigo atenta a las noticias y a las conversaciones de calle, mientras me indigno del precio del petróleo, que se paga con la sangre de los que nunca ven los beneficios, y con la invisibilidad de todos los otros conflictos que no quedan tan cerca del oro negro. En las partidas de ajedrez no hay buenos ni malos, sólo poder y oportunidad.

A veces es fácil olvidar que sólo se puede morir una vez, y que cada bomba es un asesinato a larga distancia.

Reflexión (19/3/2011)

Hace unos fines de semana encontré el único libro que me ha llamado lo suficientemente la atención como para comprarlo. Ya me conocéis, las librerías me pierden, y supongo que parte de la dificultad de Bamako es que aquí no existen... Los pocos lugares donde puedes encontrar libros (puedes contarlos con una mano y aún sobran dedos), normalmente venden textos coránicos, poesía interminable y revolucionaria (y no por ello buena), novelas rosas baratas e historia, mucha historia aburrida y nada imparcial.

Así pues, el día que encontré a Sartre en mis manos, no lo dudé. Lo compré sin discutir el precio ni mirar cuantos trozos de la tapa faltaban. Estoy muy orgullosa de haberlo liberado del olvido y las polillas. Como siempre que ENCUENTRO un libro, ha sido claramente un rescate simbiótico.

Esta mañana, antes de encender el ordenador, aprovechando el frescor de la mañana, me he sentado en la galería con Les Mouches y he llegado a este fragmento que va como anillo al dedo a las semanas que estamos viviendo en el continente. Serviros vosotros mismos:

JUPITER
Regarde-moi.
(Un long silence.) Je t'ai dit que tu es fait à mon image. Nous faisons tous les deux régner l'ordre, toi dans Argos, moi dans le monde; et le même secret pèse lourdement dans nos coeurs.

ÉGISTHE
Je n'ai pas de secret.

JUPITER
Si. Le même que moi. Le secret douloureux des Dieux et des rois : c'est que les hommes sont libres. Ils sont libres, Égisthe. Tu le sais, et ils ne le savent pas.

***

3.500.000.000 (8/3/2011)

Siguiendo la tradición de descubrimientos del blog, os anuncio que es en Mali donde he entendido qué significa bollera y tortillera. El significado peyorativo ya lo tenía claro, como todo el mundo por desgracia, pero nunca llegaba a una buena teoría que me explicara qué tiene que ver un bollo o una tortilla con una lesbiana. Quien ya lo sepa, que me disculpe la ignorancia.
Hoy es el día de la mujer, y en Barcelona se vive como un día reivindicativo, una excusa para poner sobre la mesa los problemas, conflictos y dificultades que ha tenido y sigue teniendo la mitad de la población de cada ciudad, de cada país. No he mirado la programación de TV3, pero imagino que la pregunta del Cuní será algo así como "¿Creéis que la crisis ha favorecido la situación de la mujer en el mundo laboral?". Y venga debates donde todos podríamos prever qué dirán cada uno de los tertulianos, ¿verdad?
En Malí el día de la mujer también se celebra. El domingo mi jefe me invitó a su casa a comer con su mujer, Sati, que también es investigadora y está organizando una asociación de mujeres para favorecer el acceso de las chicas en las carreras científicas. Puso la "mesa" en el suelo y al ver que yo llevaba vestido, fue a buscar un "pain", una falda pareo, para que me pudiera sentar tranquilamente y no enseñara las piernas. La comida estaba buenísimo, "Tiep rouge", una especie de paella de verduras con pescado.
Fue una comida muy agradable, donde nos explicaron las costumbres de protocolo, saludo, el respeto a las jerarquías y algunos de los rituales de boda del país. Como en todas partes donde la familia todavía tiene fuerza, los que se "casan" son los cabezas de familia, y el matrimonio es más bien una representación personificada de esta unión. El proceso de noviazgo es largo y complejo en el que intervienen los griots de cada familia (trovadores con memoria histórica que recuerdan a quien los quiera escuchar las excelencias de la familia y qué uniones los preceden, un personaje que hubiera sido el juguete perfecto de Shakespeare) , los parientes cercanos, luego los parientes lejanos, etc, etc. Las mujeres deben pasar algunas pruebas, como por ejemplo desfilar delante de los hombres sabios de la familia, que mirarán cómo anda y determinarán, por la posición de los pies y el movimiento de los brazos, si es adecuada para casarse con su candidato. Cabe decir que si no pasa la prueba, puede intentar corregir las maneras, pero si aún así no consigue el paso adecuado, no hay boda. Felicité a Sati por haber pasado a la primera y pregunté qué pruebas había para los hombres, pero se ve que no hay ... Les expliqué que en Egipto la familia de la chica invita al chico a merendar y preparan un pastel muy frágil, una especie de crepe / empanadilla con una única capa de pasta brick que la envuelve, para que se le coma ante todo el mundo. La delicadeza y gracia con la que coma y evite que se rompa el dulce será un indicador de su habilidad en cuidar de su mujer. A Sati le gustó mucho esta prueba, ¡veremos si la incluye en el momento que llegue un griot anunciando el interés por su hija! Mi jefe entonces me explicó que el martes era el día de la mujer y que ese día él haría el desayuno, a lo que Sati y yo intercambiamos una mirada de complicidad, una especie de mezcla de "Ah, mira! " y un "cuidao, que nos vamos a deslomar".
Ayer lunes, Seydou, mi chófer, se echó a reír cuando por teléfono le dije a Aissata, la asistente personal de mi jefe, "à demain", y me recordó que mañana ni Aissata ni yo trabajaríamos. Le pedí que me lo explicara y me aclaró, sonriéndose de mi ignorancia y torpeza, que el 8 de marzo era el día internacional de la mujer y que por tanto las mujeres no trabajaban. Le dije que justamente el 8 de marzo era para recordar las dificultades para trabajar, o para decidir trabajar, que tenían las mujeres y que, si no le importaba, nos veríamos al día siguiente a las 7:45, como cada día.
Con Seydou de vez en cuando tenemos conversaciones interesantes, cuando consigo romper la etiqueta de jefa blanca que mezcla poder y desconocimiento de la realidad y que me hace poco interesante para mantener una conversación... Un día me contó que él había estado viviendo con una canadiense, y que por tanto él no era como los demás. Ahora ella ha regresado a su país y él se ha quedado con su madre, en parte porque el padre murió hace unos años, en parte porque tiene demasiado miedo al frío como para cambiar de continente. Seydou, con unos 40 años, sigue soltero, y no es el único. Hay muchos más hombres de lo que me podría imaginar antes de llegar a este país que no están casados, y este excedente masculino es, en parte, por culpa de la poligamia. Me contó que su padre tenía cuatro mujeres, y que por tanto él tiene hermanos de sangre y hermanos de leche, pero que no hay ninguna diferencia jerárquica en este aspecto. Le pregunté si este sistema (muy caro de mantener!) Todavía era vigente y me aclaró que en las grandes ciudades los jóvenes tendían a la monogamia (cuando haces la primera boda, en el registro civil hay que especificar si será un matrimonio monógamo o si se tiene intención de ampliarlo). A él ya le parecía bien, pero se lamentaba de que con la monogamia la mujer te tomaba más el pelo, mientras que con la poligamia todas corrían a tenerte bien atendido. ¡Todos conocemos los beneficios para el usuario de un mercado competitivo! Cuando le expliqué que si miraba a la mujer como algo más que una herramienta para tener la casa cuidada y la cena hecha, quizá vería que ella tal vez no estaba tomando el pelo a nadie si no viviendo su vida. Él me aclaró que según la ley, la mujer debe obediencia al hombre, y el hombre respeto a la mujer. Le dije que era una lástima que una relación que en teoría se basaba en el aprecio se convirtiera en esclavitud una vez se casaban. Le pedí que hiciera el ejercicio de imaginarse que la ley le obligaba a obedecer a alguien que ama, y ​​no le gustó. Me confesó que justamente él era chofer autónomo para no tener jefes a parte de los clientes, y que por lo tanto tampoco le gustaría tener que obedecer a nadie en casa. Pero en fin, ¡la ley es la ley!
Esta mañana, pues, estaba expectante por ver a las mujeres descansar, algo imposible hasta ahora. Pero sólo girar la esquina me he encontrado el asador abierto como cada día, con carne sobre la parrilla y la propietaria sirviendo a los trabajadores sentados en banquetas esperando la comida que los mantendrá activos todo el día. Bueno, me he dicho, quizá las mujeres autónomas prefieren seguir ganando dinero que quedarse en casa! Unas calles más allá he visto las escenas cotidianas de mujeres lavando la ropa en barreños, así que he deducido que los hombres, entrando en la cocina, ya hacen un gran paso hoy, pero que el lavadero aún es territorio desconocido... Me ha alegrado ver a las chicas en uniforme entrando en el instituto y las niñas con mochilas yendo hacia la escuela. Al fin me ha tranquilizado, ¡no soy la única que trabaja hoy!
Sé que al principio he dejado una explicación pendiente. En Mali en cada esquina puedes encontrar lo que en América latina se llamará tortillera, una mujer que, sentada ante una parrilla o cazuela de aceite hirviendo, ha sabido ver en su maña para cocinar una fuente de dinero, que no son otra cosa que libertad para decidir por sí misma y participar en las discusiones familiares.
El paso por mentes simples hace que una mujer con derecho a decidir sea una mujer con poca sensibilidad y entrega por la familia y que, por lógica aplastante, no le gusta tener relaciones sexuales con un hombre. Como digo, un proceso de simplificación que, en cualquier caso, demuestra la vulnerabilidad de esta distribución de poder que encontramos en todo el mundo y que aún pasa impepinablemente por el hombre, y si no pasa, mejor castigarlo.

Poulet Yassa (13/2/2011)

Sandrine, la chica con quien comparto casa desde hace tres días, ha organizado una comida con Ayuba, el guarda nocturno, su mujer Fatimata, y Ramata, la mujer que nos ayuda con las tareas de casa.

Esta mañana con Ramata hemos decidido que estaría muy bien preparar un Poulet Yassa, que es pollo con cebolla, y mientras se marina la carne, ¡aprovecho para pasaros la receta!


Ingredientes (para 5 personas):

- Un pollo grande (2Kg)
- 2 cebollas / persona (eso hacen 10 cebollas y muchas lágrimas)
- 1 zanahoria / persona
- 5-6 limones pequeños (estilo lima)
- 2 pimientos verdes
- Cilantro o perejil
- 2 ajos
- 1 pastilla Maggi
- Pimienta, sal, hierbas aromáticas, aceite, vinagre
- Arroz para acompañar


Preparación:

Se sale con energía a comprar los ingredientes en el mercado de la esquina. Se elige el pollo y se espera unos diez minutos a que llamen al propietario para consultar la oferta de precio y cerrar la transacción. Mientras esperas te alegras mucho que la comida aquí se haga siempre bien cocida. Después se van a comprar las verduras y el arroz.

Una vez en casa se lava bien el pollo y se corta en octavos. Se pone en un bol junto con el jugo de 4 limoncitos, los ajos y el perejil picados y la pastilla Maggi. Se sazona con sal y pimienta a discreción. Se deja macerar óptimamente toda la noche, pero como nosotras no tenemos tiempo, lo dejaremos justo el tiempo que se tarda en preparar las verduras.

Como todos los platos de cazuela, se cortan las zanahorias y los pimientos en trozos pequeños y las cebollas en gajos tras lavarlas mucho.

Se pone una sartén al fuego con aceite y se doran los trozos de pollo a fuego lento (¡con al ajo y las hierbas huele muy bien!), y el líquido del adobe se echa al bol de las verduras cortadas añadiendo el zumo de dos limoncitos más y un chorro de vinagre y de aceite.


Una vez asado el pollo, en una cazuela honda se ponen las verduras con el jugo y el aceite colado del asado a fuego lento. Se deja dorar todo y cuando está medio cocido se añade el pollo y se cubre con la tapa para que se termine de hacer todo junto. Si es necesario se añade más agua.


Aparte, se hierve el arroz y ¡se sirve a los amigos con zumos de fruta y hambre!



Buen provecho!

Driving Ana (10/2/2011)

Hace dos semanas que empecé a trabajar. Y confieso que, como siempre que empiezo un trabajo, me perdí. La palabra quizá no es esta, pero ¿cómo decir que me quedé sorda, bizca, tartamuda e incluso coja a la vez?

Llego atenta y con mirada serena, todas las herramientas en la mochila, todos los datos apuntados en la libreta. La sonrisa más cercana. Pero claro, ¿cómo aprenderse 18 nombres que te suenan idénticos y larguísimos? ¿Cómo distinguir caras y hacer que liguen justo con estos nombres que son como murmullos de agua? Y en este estado, ¿cómo hacer una broma en francés y que todo sea un poco más cómodo? Nada que hacer. Respirar lentamente e ir escribiendo en la libreta. Me consuela pensar que dentro de un mes seguro que rio al ver que entendí ...

De repente, y sin saber muy bien cómo, la sala ya está vacía y yo me quedo allí, con dos que están hablando en un rincón de la mesa. Sigo la táctica que he elegido por la mañana, respirar lentamente. Entonces, de la nada, aparece una de las chicas i me apunta su teléfono en mi libreta. Le han dicho que me ayude, que las dos somos mujeres y biólogas. No se la ve muy emocionada con las coincidencias. Consigo que me escriba su nombre antes de que desaparezca.

Cuando recupero el silencio, me dedico a observar a los dos investigadores. Poco a poco me doy cuenta que uno de ellos es justo con quien tengo que trabajar en un informe, así que le miro y le pregunto qué viene ahora. Me dice que él tiene trabajo por hacer y que si no tengo ninguna gestión pendiente. Tengo que pasarme por la embajada, digo. Veo como se le relaja la cara, y llama a otra chica para que me ayude. Listo, me está esperando abajo, bajando las escaleras. Perfecto. Tres cambios de dirección al azar, dos indicaciones gesticuladas y unos diez minutos después, llego a ella. ¡Suerte de mis momentos Mr. Bean, que me hacen reír y relajan!

La secretaria es un nervio que llama por teléfono y móvil a la vez mientras me cuenta su viaje a París y Madrid. No entiendo nada, pero intento ser muy amable. Mientras interiormente se me despierta la duda de si comer es una opción válida para los que trabajan en Mali, ella se gira y me dice que vendrá alguien a llevarme a comer y después a mi despacho, que la embajada no está disponible a estas horas. Fantástico, gracias. Diez minutos después aparece por la puerta el investigador que tenía trabajo que hacer.

Una vez hemos comido, llegamos a la oficina. El chico que hace de guarda nos recibe con una sonrisa tímida y nos enseña las instalaciones. Pido un paño para quitar el polvo de la que será mi mesa y de repente investigadores, guarda y uno que no sé quién es empiezan a hablar entre ellos y resuelven que no em agobie, que mañana estará todo limpio. Muchas gracias, pero de verdad que lo puedo hacer yo. No, no, mañana estará todo listo. También llevarán una nevera para el agua y una cafetera. Vale, mejor me voy al hotel, pues? Al oírlo, de un rincón del patio se levanta raudo y dispuesto un hombre que presentan como mi chofer. ¿Chofer?! Sí, Seydou, Ana. Ana, Seydou. Está a mi disposición para llevarme arriba y abajo, donde y cuando quiera.

La sensación de no decidir nada de lo que pasa alrededor es bastante impactante ...

Con los días voy aprendiendo que el tiempo aquí funciona diferente. ¿Por capas, quizás? Cuando sabes lo que tienes que hacer, todo se precipita, así que más vale estar preparada. ¿Por qué esperar? Pero si no tienes ninguna dirección decidida, está claro que lo mejor que se puede hacer es quedarse quieta y dejar de molestar el flujo de las cosas. La gente aquí se mueve cómoda en ese ir y venir de ritmos opuestos, pero a mí me cuesta incluso observarlo.

Aún hoy dudo entre si lo mejor sería hacer esfuerzos para pasar al lado de quienes controlan el tiempo o dejar que me lleven y evitar ser la nota discordante. En resumen, ¿mantengo Ariadna o pruebo Ana?

sábado, 19 de marzo de 2011

A falta de pan... (7/2/2011)

Hacer fotos en Bamako es muy difícil. A la gente no le gusta y si ven una cámara empezarán a decirte claramente que lo mejor que puedes hacer con ella es guardarla. Mientras no me haga amiga de los vecinos y vendedoras del mercado, he decidido abrir una colección de postales para enseñaros la ciudad con ojos de "Paint".

Hoy os enseño las mujeres, que ¡son espectaculares y están imponentes en moto! Un lujo verlas cada mañana yendo a trabajar, de verdad. Me apunto a la lista de "cosas que hacer" colarme en alguna casa y ¡ver el armario de la mujer! Me imagino los conjuntos de colores doblados, con el corpiño, la falda, el pañuelo de la cabeza y el chal. Como he dicho ES-PEC-TA-CU-LA-RES!


nota: todos los que van en moto llevan máscara, que la mayoría de las veces es el antifaz que dan en el avión :)